Sin duda alguna debemos agradecer a Dios por los buenos tiempos. A pesar de la guerra mediática que se vive día tras día en contra de Venezuela y los venezolanos, tanto externa como internamente, a través de los medios de información y difusión; tradicionales y modernos. Venezuela vive en una era de paz y tranquilidad nacional.
En Confianza les dijo, que no podemos olvidar los diversos acontecimientos que vivimos todos los venezolanos, debido al odio generado por la derecha venezolana; no solo en contra de un gobierno constituido democrática y constitucionalmente, sino un odio hacia todo lo que representara a Venezuela, su historia y su gente.
Los últimos años se han vivido en paz y tranquilidad. Pero recordemos esa oscura época donde la población en general vivía bajo el miedo de salir a la calle a realizar sus diligencias personales o a trabajar; el miedo a ser atacado por los mal llamados <<Libertarios>>, grupos terroristas financiados por el gobierno de Los Estados Unidos y sus lacayos en Sur América y Venezuela. Una derecha podrida por la metástasis del cáncer llamado <<Odio>>, una oposición extremista y terrorista que se ha dedicado durante años a atacar no al gobierno, sino al pueblo en general. Una derecha podrida que no reconoce el libre pensamiento de cada una de las partes, de cada una de las múltiples expresiones políticas dentro del país. Tan extremistas que atacan a la misma oposición, a sus propios compañeros, que no se prestan para la destrucción del país. O los que se cansaron de atacar y sabotear a su propio país. Esos terroristas que odian a su propia patria y aman los intereses de los mercenarios y terrorista que gobiernan los Estados Unidos.
No podemos olvidar lo que nos hicieron vivir a todos, durante los años 2013, 2014, 2015, 2016 y 2017. Cuando pretendían matarnos de hambre acaparando los alimentos y generando las interminables colas. Donde experimentaban que tanto dolor podíamos aguantar para hacernos odiar a nuestra propia madre y arrodillarnos a los pies del imperio y las transaccionales. Sin importarles el sufrimiento del pueblo, se fueron sobre él para destruirlo.
Tenemos prohibido olvidar, el ataque las unidades de transporte donde mujeres, hombre y niños se desplazaban para asistir a sus trabajos y escuelas para mantener la estabilidad nacional y sacar este país a adelante; cuando incendiaban centros médicos, instituciones públicas y colegios, atentando contra la integridad de los seres humanos que se encontraran en el lugar y generando millones en pérdidas a la nación. Es la misma oposición corrompida por el odio de los años 2000, 2002, 2004 y 2006; es la misma oposición que durante años llamo a la no participación en los procesos electorales desconociendo las instituciones del Estado-Nación y creando un circo llamado interinato sub-dirigido por uno de los más grandes terroristas de la historia moderna.
Es importante ver y reconocer que Venezuela y su gente viven una época de estabilidad y paz, generada y garantizada por el gobierno del presidente constitucional, Nicolás Maduro, el Pueblo y por la Revolución Bolivariana. Esto superando los constantes ataques internos y externos de quienes pretenden robarnos la paz, hasta el punto de generar, si fuese posible una guerra civil. Es el anhelo y el deseo de la oposición extremista: robarle la paz al pueblo, generar una guerra civil al punto de darles motivos a sus amos imperiales de invadir las tierras sagradas de nuestra nación. Y es eso, lo que han buscado durante años con los llamados de la falsa ayuda e intervención humanitaria que todos sabemos que nos es más que muerte y destrucción traída por los gringos.
Esa misma oposición terrorista, es la que viene preparando el terreno para generar nuevas olas de saqueo, trancas y asesinatos a nombre de la democracia después del 28 de julio cuando no reconozcan los resultados de las elecciones. O mejor para ellos antes del 28 y así consolidar la matriz de opinión que viene generando a través de los medios de comunicación, de que el gobierno de Nicolás Maduro no quiere elecciones. 25 años tienen con la misma línea discusiva y el desconocimiento de las instituciones. Pero ya nosotros los conocemos y estamos curados, como lo está el cuero de los tambores del pueblo alegre de las costas venezolanas.
Así que alertas, no permitamos que nos roben la paz y la estabilidad que tantos nos ha costado lograr y mantener; no dejemos que la Sayona y su gente incendien una vez más el país generando más retrocesos en el avance de nuestra nación.
Nosotros Venceremos, pues Nacimos para Vencer.
En Confianza con Franklin Jiménez.
Jueves 23 de mayo de 2024
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